sábado, 22 de noviembre de 2008

POETA



Es un poeta un cuerdo con ideas
aladas de locura impenitente,
es un díptero más, mosca inconsciente
volando en un jardín de dioneas.

Sueña en la ingenuidad de las mareas,
poliniza las calles de la mente,
se aposenta en la mierda de la gente
y hace de tristes cardos azaleas.

Un poeta, una mosca, un pensamiento,
un mar de libertad, una aduana,
un sol de otoño gris, un firmamento,

un espasmo de azul, una almorrana,
un íntimo solaz, un alimento;
un corazón con puerta y con ventana.

viernes, 17 de octubre de 2008

IN MEMORIAM

Fotografía: Muerte de un miliciano en la Guerra Civil Española.
Autor: Robert Capa

Yo tampoco fui niño que creciera en el vicio,
soy el hijo preñado de una dura posguerra
que arrancara de cuajo, que tirara por tierra
a una España tirana, dividida y sin juicio,

que luchó frente a frente, sin siquiera armisticio
entre hermano y hermano. Cuando el arma se aferra
a ser juez de los hombres ya cualquier vida es perra,
nadie es libre de nadie; sangra cada intersticio.

Ahora somos los hijos de unos padres lejanos
que perdieron la infancia disparando fusiles
que mataron sin odio, que murieron por miles.

Ahora somos los padres de unos hijos pueriles
que precisan de aromas de unos mundos tiranos
que los icen a un tiempo de los pies y las manos

domingo, 21 de septiembre de 2008

DESDE EL CRISTO DEL OTERO


CRISTO DEL OTERO. Obra del insigne escultor palentino Victorino Macho (1887-1966) de 30 metros de altura, ubicada sobre el cerro que le da nombre, y con Palencia a sus pies.

Me he llegado a las faldas del Otero
-emblemático y albo promontorio-
coronado del Cristo de Victorio
tan hierático y magno, tan austero.

Me he asomado a su cuerpo, todo huero,
piedra gris celestial y observatorio
de este Cristo silente, admonitorio,
entregado a Palencia por entero.

Y he sentido de cerca las pedradas
que hacia Santo Toribio eran lanzadas
por sus prédicas contra la herejía.

Troca el pueblo hoy en fiesta aquel suceso,
reconvierte la piedra en pan y queso
y apedrea a su gente en romería.

CALLE MAYOR


CALLE MAYOR DE PALENCIA

Calle Mayor arriba -torno a verte-
por tu espina dorsal y vertebrada,
Palencia de mi infancia, tan amada,
tan sedientos mis ojos de tenerte.

Calle Mayor abajo –por saberte-
soportales de alivio en la alborada,
cielo raso en la noche ensimismada
como mi alma en tu espacio al recorrerte.

Jardinillos de luz, Cuatro Cantones,
y en la frente el Salón –porción de cielo-
añorado universo de razones

para hundirse entre ti o alzarse en vuelo
y perderse en tus calles -mil rincones-
donde hartarse a soñar a ras de suelo.

CATEDRAL DE PALENCIA

CATEDRAL DE PALENCIA FACHADA PRINCIPAL

En Palencia la piedra sabe a historia,
se hace verso el cantero en el cincel,
en gárgola, arquivolta o capitel,
perenne poesía en la memoria.

Catedral, donde el cielo huele a gloria,
sabe a sacra la piedra en su anaquel
y el vitral claroscuro del bisel
se transmuta en sutil jaculatoria.

Desconocida y bella, no ignorada
por la noble conciencia de su gente
que la sabe y la quiere y la presiente

como parte de su alma, emocionada.
Y en su hora venial y adolorada
la tiene por secreta confidente.

FUE PALENCIA MI INFANCIA

CANAL DE CASTILLA EN PALENCIA.

Fue Palencia mi infancia. No sabría
devolverle sin versos lo que siento.
Fue su tierra y su gente mi sustento
por los lares que anduve. Y le sería

tremendamente injusto y mentiría
si no dijera en alto, voz al viento,
que, aunque humilde, mi casa, mi aposento
fue un preciado resquicio de alegría.

Hasta en nombre mi calle era especial;
mi casa estaba en Eras del Rosal
donde el número sueña en treinta y seis.

Y el Canal de Castilla fue mi amigo,
mi caña, mi piscina, mi postigo.
Allí crecí feliz. No lo dudéis.

sábado, 12 de abril de 2008

PLANTO UN VERSO EN LA TIERRA

(Foto: Sanatiago Redondo Vega) Olivo

Planto un verso en la tierra donde ara mi consciente,
-agricultor a solas que en mi verdad se asienta-
sembrando entre barbechos palabras por mi cuenta
con la ilusión –un día- de que se harán simiente.

Las riego con el genio que atesoró mi frente;
las meso y entrecavo con la conciencia exenta
de cardos y prejuicios, que en cada sueño aventa
el río de la vida, quien me nombró su afluente.

Un cuenco y un cedazo apenas necesito
para beldarme en horas y respigarme en frutos
con todo lo que absorbo desde la sed que habito.

Me tiemblan en las manos los verbos absolutos,
me abrasan en la boca verdades que no grito,
me basta con la prosa de versos diminutos.

ENTRE DOS RÍOS

Río Carrión a su paso por la ciudad de Palencia.
Río Pisuerga a su paso por la capital vallisoletana


Me navega la vida entre dos ríos,
me crecieron a un tiempo dos riveras:
el Carrión me inundó de primaveras
y el Pisuerga templó –cauto- mis bríos.

Se confiesan sus peces con los míos
y en sus horas mis horas más sinceras
pescan sueños -oníricas quimeras-
con sedales y anzuelos de albedríos.

Aquel niño que fui, éste que escribe,
y el que hablará mañana en mi memoria
aman la piel del río que les vive

tatuando en su azul la escapatoria
de este alma gris que en verso les concibe
afluentes paralelos de su historia.

martes, 18 de marzo de 2008

PARA ESCULPIR LA TIERRA

MIRADOR DE SIMANCAS
(Foto: Santiago Redondo Vega)

Para esculpir la tierra con las manos
nos nacieron los hombres en Castilla,
para encumbrar el grano con la trilla,
para sudor de inviernos, de veranos.

Para colmar de historia los arcanos,
para crecer de lana y de semilla,
para saltarse el mar de orilla a orilla,
para sembrar América de hermanos.

Para bruñir su imagen de obsoletos,
para enmendar cualquier pasado oscuro,
para soñarse espíritus inquietos.

Para pisar con pie firme y seguro,
para asumir con fuerza nuevos retos,
para tirar del carro del futuro.